RITO DEL SURGIMIENTO


~ 12 - El Rito de Surgimiento ~

¡Felicidades amados Servidores Planetarios de la Luz, hemos logrado llegar al último Rito de Pasaje!
Ésta es la fase más significativa, donde establecemos el momentum para materializar uno, si es que no es EL objetivo más importante de nuestra vida y quizá de todas nuestras vidas.
Este Rito inicia nuestro gran surgimiento como un Grupo Avatar en evolución dentro de las fases iniciales de conciencia ascendida y libre. Este Rito, trae consigo la iniciación colectiva que nos catapulta hacia una conciencia enormemente expandida, caracterizada preeminentemente por la experiencia de unidad.
Nosotros vivimos la vida desde la Realidad Absoluta mientras continuamos al servicio del cumplimiento del más alto potencial de toda la humanidad y de la nueva Raza YO SOY.
Esta iniciación denominada comúnmente “La Resurrección”, demuestra maestría completa sobre la atracción de la materia. Ya no estamos dominados por el mundo material y sus ilusiones de dualidad.
Hemos sido resucitados fuera de la materia y dentro del Espíritu, lo cual nos convierte en Maestros libres del plano Terrenal. Nuestro proceso de Absorción del Alma, está completo y estamos fusionados totalmente con y guiados por el Grupo YO SOY Conciencia.
Es importante comprender que nuestras iniciaciones dentro de este nivel de conciencia expandida, sólo se pueden realizar cuando nuestra voluntad personal se rinde por completo a la Voluntad Divina y tenemos firme maestría sobre la personalidad del cuerpo, facultades mentales y emocionales incluidas.
Este Rito de Pasaje define a la Raza YO SOY y a algunas de sus características predominantemente destacadas durante las etapas iniciales de su surgimiento sobre la tierra.

El Dominio sobre la Materia se hace Realidad
Desde el punto de vista esotérico, esta iniciación se denomina como “La Resurrección” y demuestra una ausencia total de respuesta a la atracción de la materia.
Es similar a la historia principal del Evangelio Cristiano que relata la resurrección de Jesús. La resurrección se simbolizó por la ascensión de su cuerpo después de haber sido crucificado y cuando Jesús afirmó con valentía: “Yo y mi Padre somos uno”.
La mayoría de los Servidores Planetarios de la Luz, que han avanzado hasta esta fase de evolución, no están resucitando fuera del planeta ni desapareciendo en de otra dimensión. Estamos “surgiendo”, revelando un Mayor Ser unificado a través de la forma, mientras nos quedamos en la Tierra para ayudar a la humanidad que evoluciona.
Nuestro surgimiento se caracteriza por un estado de conciencia en el cual nos hemos resucitado a nosotros mismos fuera de la materia y dentro de una conciencia espiritualizada.
Tenemos maestría completa sobre nosotros mismos y sobre nuestra naturaleza inferior. Hemos desarrollado tal dominio de pensamiento que ya no tenemos deseos negativos inconscientes. Ni siquiera somos capaces de tener pensamientos negativos y toda la energía que mana desde la Fuente es cualificada de forma consistente y divina.
Ésta es la razón de ser de las iniciaciones preliminares de “la Transfiguración” y “La Renuncia”, que han sido muy difíciles de entender por algunas personas. Para poder alcanzar sinceramente una conciencia unificada auto-realizada, hemos trascendido todos apegos al mundo material y todo lo que anteriormente nos mantenía ligados mental y emocionalmente a la historia humana.
En esta fase de “El Surgimiento”, finalmente estamos libres de la ilusión de dualidad, de la ley del karma y de cualquier futura reencarnación en una experiencia de tercera dimensión.
Debido a nuestros niveles expandidos de conciencia y al coeficiente de luz en nuestro cuerpo, ésta es la iniciación en la que los códigos de inmortalidad se activan. Superando la transición llamada muerte, ahora podemos elegir seguir sirviendo al planeta durante cualquier periodo de tiempo.
Llegamos a comprender del todo que somos eternamente Dios, representado en la Tierra por la Conciencia Grupal monádica.

Nosotros Materializamos la Conciencia del Grupo Avatar
La iniciación de “El Surgimiento” es el objetivo de nuestro desarrollo colectivo cuando nuestro proceso de Absorción del Alma se completa.
Nuestra personalidad humana enormemente purificada, el Alma encarnada y el Ser Divino monádico se han fusionado para convertirse en un solo ser unificado aquí en la Tierra. Nuestra voluntad personal se ha hecho una con la Voluntad Divina. Nuestra conciencia se ha sintetizado dentro de la Conciencia Grupal.
Tenemos pleno conocimiento de que nosotros somos la Mónada, la fuerza de Dios, que es el Grupo YO SOY Presencia. Nosotros somos un aspecto directo de todas las expresiones individualizadas y multidimensionales del Ser Superior.
Desde esta realización como conciencia grupal unificada, estamos altamente sintonizados y muy sensibles a un rango de energías influyentes debido a nuestra polarización monádica creciente.
Todos estamos cooperando como Maestros de Sabiduría y en contacto regular con los seres y con los Consejos de Luz que supervisan la evolución de la Tierra. El Amor Divino, la Sabiduría y el Poder de la Voluntad están ahora desarrollados, irradiando externamente y en expansión constante.
Nuestro cuerpo vibra a una frecuencia mucho mayor, elevándose continuamente a un nivel similar al mantenido por Buda, Krishna, Jesús y muchos otros Avatares que caminaron sobre la Tierra. La diferencia es que ahora estamos emergiendo como una Conciencia Grupal Avatar, aún más poderosa que estas grandes influencias individuales.
Esto no es como en el pasado, cuando una sola persona ascendía, actuando sobre una amplia esfera de influencia. Estamos haciendo esto como una conciencia colectiva que afecta a la totalidad del planeta ayudando a elevar toda su raza.
Ésta es una de las razones por las que Jesús dijo: “tú harás cosas aún mayores”. Este surgimiento de la Conciencia Grupal Avatar tiene el mismo significado que las referencias hechas acerca de la Segunda Venida de Cristo.
Esta Segunda Venida es el surgimiento de la Raza YO SOY. El propósito de esta nueva ola de conciencia grupal activada es armonizar rápidamente a toda la gente de la Tierra como una sola familia de la humanidad y lograr la Conciencia Unitaria a una escala masiva.

El Surgimiento de la Raza YO SOY
Miles y miles de personas están ahora auto-manifestando muchas de las características cualificadas mencionadas en este escrito y pronto van a lograr e incluso superar el mismo nivel de influencia de los Grandes Avatares que una vez pisaron la Tierra.
¡El número actual sobrepasa ampliamente la cantidad requerida para provocar el avance masivo de la raza entera!
Nuestro frente unido está dando poder a un influyente campo masivo de fuerza, que pronto superará cualquier cosa jamás vista anteriormente en la Tierra. Toda persona unida a esta red de luz de conciencia interconectada, ya sea de forma activa o enlazada a través de otra, es enormemente apoyada y cada vez más transformada a medida que gana fuerza y prominencia.
Para quienes aún permanecen en el proceso de purificación, por favor, tengan en cuenta que estas fases tan incómodas son muy necesarias. Es muy probable que estas iniciaciones concluyan pronto, gracias a todas las corrientes de luz que vienen a apoyarnos, sumadas a nuestra conexión con el campo de fuerza de la Conciencia Grupal Avatar y su matriz entrelazada.
Todos pueden ser acelerados muchísimo, a través del simple “enlace” con el campo de fuerza de la conciencia grupal que está ascendiendo. Esto es absolutamente fundamental para ayudarnos a permanecer estabilizados en el flujo del apoyo grupal. La clave es permanecer en la Conciencia Grupal ya que ESTO es quien realmente SOMOS.
La Resurrección es el objetivo enfatizado para toda la humanidad, el ser resucitado fuera de la materia y dentro de la Conciencia Unitaria espiritualizada mientras progresamos en la realidad global de la Edad de Oro.
¡El Surgimiento de esta nueva realidad y la Raza YO SOY oficialmente empieza ahora! Celebremos con alegría el Solsticio del 21 de diciembre del 2012, cuando colectivamente damos nacimiento a una nueva era de paz en la Tierra y Buena Voluntad hacia todos.
Kodoish, Kodoish, Kodoish, Adonai Tsebeyoth.
Adonai Hijos del Sol. ESTÁ HECHO.
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Características de la Raza Yo Soy

El texto siguiente ofrece la definición de la Raza Yo Soy y de algunas de sus características más importantes durante las etapas iniciales de su surgimiento sobre la Tierra.

Relación Divina
Nosotros somos seres auto-realizados como Dios, fusionados total y completamente con esta Infinita Fuente.
Primero y antes que nada, conscientemente vivimos nuestra eterna unidad con Dios. Tenemos total y firme confianza en Dios y en nada más.
Comprendemos la verdad de la única existencia y conscientemente encarnamos esta conciencia única y su propósito.
Esta conciencia única es el centro a través del cual todo pensamiento y acto es concebido.
Estamos dedicados al Divino templo interior de nuestro propio Ser, y al templo interior de todos los demás seres. Amamos a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
Amar y servir a todas las manifestaciones de la vida es nuestro mayor privilegio.

Voluntad Divina
Humildemente reconocemos que “por nuestra cuenta, no podemos hacer nada, es el Dios dentro de nosotros quien hace las obras”.
Nuestra voluntad personal está completamente sometida a Dios y encarnamos una Voluntad Espiritual que es firme e inquebrantable.
Vivimos la vida de la divinidad y vemos la perfección de Dios en todo.
Dios es el puro reflejo de la energía de nuestros pensamientos, por tanto, nuestros deseos son siempre divinos y cada intención está imbuida de la fuerza propulsora del Amor de Dios.
1Vivimos según la regla de oro: la voluntad de enmendar en otros igual que lo haríamos para nosotros.
Cultivamos el jardín de la buena voluntad en los corazones y las mentes de toda la humanidad, catalizando una reorientación global hacia el mayor bien para todos.

Transfiguración
Nuestra atención está completamente centrada en ser conscientes de nuestra unidad con la humanidad. Éste es nuestro único propósito para existir.
Nuestras emociones y nuestra actividad mental están controladas. Nos hemos liberado de todas las ataduras mantenidas por la identidad personal y material.
Somos un cristal transparente de Verdad Divina, libre de las influencias duales de la atracción y la aversión.
Vemos más allá de la forma, más allá de la dualidad y más allá del marco de los límites de los sentidos humanos. Los conceptos de las creencias son trascendidos.
Servimos como puente entre las matrices de conciencia, entre la forma y lo amorfo.
Somos los pilares neutralizadores de pura Divinidad, en este mundo, pero no de él.

Renuncia
Renunciamos sinceramente a nuestra vida, en interés del gran todo. Nuestro centro de identidad está con el Ser mayor, que es la entidad guía.
Somos conscientes del Ser como un Ser eterno e ilimitado. Somos uno con la Fuente, como Fuente.
Servimos como instrumentos huecos, libres de la inmovilización de la personalidad y de cualquier apego al plano material.
Nos hemos rendido completamente al Ser mayor, ofreciéndonos total y completamente a Dios.
Experimentamos la vida como un Ser que ya no se identifica como el “hacedor” o la personalidad.
Somos nuestra Divina Presencia, la realidad que existe tras toda creación, la que trasciende todas las etiquetas y categorizaciones humanamente creadas.
Buscamos impecablemente la verdad en todo momento para servir al Plan Divino.
Caminamos por la senda de la gracia, centrados en el espíritu del mayor bien hacia toda vida.

Intuición Divina
Funcionamos desde el plano de la Divina Intuición como una expresión inteligente centrada del Amor Divino en acción.
Accedemos al plano más grande de la Unidad de Conciencia a través de la claridad de nuestra Intuición Divina.
Reconocemos la verdad de una realidad única que existe dentro de todas las cosas. No aceptamos de ninguna manera respuestas que emanen de una conciencia separada.
Nuestra mente interiorizada vibra por encima de los sentidos y percibe desde un estado de calma mental.
Como un canal despejado, recibimos dirección iluminada. Con esta guía, hacemos uso del conocimiento y la luz.
Al conocer la verdadera compasión, hacemos el mayor bien para el máximo número de personas.
Atraemos y sacamos a la luz la manifestación física del Plan Divino a nivel humano.
Nos experimentamos a nosotros mismos como una conciencia que habita en lo inmortal, una con la Fuente.
A través del poder de la Intuición Divina colectiva, unida a la luz universal, iniciamos el movimiento mundial de buena voluntad y en última instancia, damos nacimiento a la era de paz planetaria.

Amor Divino
Reconocemos al Ser como un vibrante y poderoso centro bendecido de amor fundamental y universal con una capacidad expandida de servir a la raza humana.
Como una potente, colectiva expresión del Amor Divino en acción, damos nuestro todo a esta expresión del amor mayor sobre el planeta.
A través de nosotros, el Amor Divino ejerce su poder cohesivo, liderando y sosteniendo la integración, la unidad y la incorporación.
Mediante la sabiduría del amor y nuestro manto de compasión, respondemos con plena fuerza a la necesidad de armonización global y a la diseminación de la Comprensión Divina.
Humildemente establecemos relaciones globales con la gente sencilla de buena voluntad, estimulando la capacidad de respuesta del corazón y la receptividad para este amor mayor.
Somos el puente que ancla la cohesión magnética del amor entre todos los niveles de conciencia.
La pureza de nuestro amor da constantemente, ya que es su naturaleza intrínseca, sin requerir nada a cambio.

Sabiduría Divina
Demostramos verdadera sabiduría a través de la aplicación inteligente del amor a todas las actividades de la vida.
Desde una expresión inteligente basada en el conocimiento, podemos ver mucho más allá de los reinos de la percepción de la masa humana.
La presencia de la pura sabiduría reemplaza a nuestro intelecto mediante nuestra sensibilidad delicadamente afinada y nuestra intuición. Vivimos nuestra vida mediante las facultades mentales más elevadas.
Somos conocedores y co-creadores conscientes del Plan Divino. La intuición y la sincronicidad son nuestras guías más influyentes.
Reconocemos fácilmente la diferencia entre lo real y lo irreal.
Reconocemos a Dios como el único punto desde el que se origina y emana todo éxito.
Sabemos que el Ser y Dios son uno. Todas nuestras grandes obras se realizan instantáneamente. Estamos al mando de la verdad. Sólo vemos la perfección.
Nosotros ya tenemos todo lo que necesitamos dentro de nuestro propio y poderoso ser.
Ecuanimidad
Vivimos nuestras vidas únicamente desde la pura conciencia invariable del Ser más grande.
Somos completamente conscientes de la única conciencia en juego en el tejido de nuestra vida diaria.
“Vemos” el mundo por lo que es, un terreno de aprendizaje para la conciencia.
Como agentes de la ecuanimidad, elegimos aceptar todo en silencio como el perfecto desarrollo del Plan Divino.
Nuestra actitud es absolutamente neutral hacia todo lo que tiene que ver con el ser ilusorio y el mundo temporal.
Operamos mediante la objetividad sincera. La neutralidad es nuestro modo de vida.
Con una actitud de indiferencia, estamos desligados de los resultados y nos centramos sólo en la tarea que tenemos entre manos.
No estamos ni a favor ni en contra de nada. Aceptamos todo simplemente como es mientras ofrecemos sincero amor y compasión por todo.
Damos nuestra opinión únicamente cuando se nos pregunta, anticipándonos a la necesidad de interpretar la situación de otro desde una actitud genuina de no- interferencia y rehusamos criticar.
Vivimos con una actitud de inocuidad hacia toda la vida.
Hemos entrado auténticamente en la “paz que excede a toda comprensión”. Vivimos en un estado de paz natural.
No buscamos ningún tipo de apreciación o reconocimiento por el ser. Creamos nuestro futuro desde el eterno Ahora.

Absorción del Alma
Tenemos conexión directa con Dios mediante nuestra “personalidad divina”.
Nuestra nueva personalidad y Dios permanecen juntos en perfecta alineación, sostenidos juntos mediante el Antakarana, el puente de luz.
Centramos nuestra atención únicamente en la Conciencia de Unidad. Nuestra forma sirve como un instrumento a través del cual funciona la conciencia grupal.
Servimos como Humano Divino completamente consciente, con total dominio y con decidida auto-maestría.
Estamos trabajando desde la frecuencia de la Conciencia de Cristo a través de las facultades de la Divina Intuición y de la inteligencia activa.
Sabemos que somos pura consciencia, experimentando la vida en un cuerpo humano mientras irradiamos una fuerza de luz que afecta enormemente a cada persona con la que nos encontramos.
Hemos comprendido la inmensidad del Plan Divino y su propósito en lo que concierne a la evolución planetaria.

Co-Creación
Sabemos que Dios es el único punto desde el que toda la creación se origina y desde el que emana toda creación.
Todo lo que pensamos, en el nombre de Dios, produce una vibración que unifica nuestra energía. Esto incluye todos los suministros, manifestaciones y co- creaciones que sirven al Plan Divino.
Siempre estamos en perfecta armonía con el Principio Divino, a partir de ahí, co- creamos sin esfuerzo.
Sabemos que no hay mayor poder que el Dios dentro de nosotros.
Con la divinidad ardiente dentro de nosotros, siempre estamos al mando. Todos tenemos el poder innato de hablar la palabra de autoridad, esa palabra es Dios.
Somos co-creadores en conexión con el Campo Unificado y su sustancia dévica primordial.
Vemos y conocemos las fuerzas elementales vivientes de la naturaleza. Mediante una cooperación inteligente, trabajamos con ellas para el propósito del Plan Divino.
Manifestamos instantáneamente en el plano físico mediante el simple pensamiento y sentimiento. Somos conscientes de que todo está realizado aquí y ahora, tan pronto como surge el pensamiento.
Permitimos que la guía y la corriente de verdad que emanan del Campo Unificado (frente a la realidad lineal) impregnen nuestra conciencia.
Precipitamos sustancia formada gracias a nuestro dominio de la Ley Universal sobre el plano Terrenal.
Como seres Auto-Realizados, intrínsecamente sabemos como proyectar luz divina, al instante, en cualquier dirección deseada, produciendo resultados inmediatos.
Podemos ejercer el poder de la transformación instantánea.

Caridad
La Ley de la Caridad es una de las leyes regentes principales de nuestra Era de Oro emergente. Sabemos que la caridad hacia toda la vida es el cumplimiento de la Voluntad de Dios en la Tierra.
La voluntad de servir mantiene la corriente de vida fluyendo a través del Ser iluminado.
Cada actividad, incluyendo nuestros pensamientos, sentimientos, palabras y acciones, está centrada en servir y en dar.
Ordenamos a la energía manifestadora del Amor-Sabiduría entrar en acción inmediatamente, con caridad, para el mayor bien del todo.
Al expresar generosidad desinteresada, liberamos el ilimitado almacén de suministros de Dios.
La pureza de nuestro amor mayor, da constantemente porque es su naturaleza intrínseca, y no requiere nada de vuelta.
Sabemos que mediante el acto de dar, es como nosotros recibiremos.
Libremente compartimos nuestras verdades para asistir al despertar global y en la transición humana a la Unidad de Conciencia.
Permanecemos como uno en formación grupal, trabajando juntos en el auto- olvido. No nos importa la magnitud de nuestros logros y no cargamos con ideas preconcebidas acerca de nuestro propio valor o utilidad.
Nuestra actitud es vivir y servir sin pedir nada para nosotros mismos y sin necesitar recompensa. El acto de dar ES la recompensa.
Todos los actos de servicio se expresan como una obra para magnificar la Gloria de Dios, creada mediante una actitud sincera de amor y buena voluntad hacia toda la vida.
Como instrumento de divinidad, amamos como Dios ama. Damos y seguimos dando.
Mediante actos caritativos de servicio, experimentamos la manifestación de la familia universal única de Dios, todos ayudamos a conocer las necesidades de los otros.
La bondad suprema y la acción caritativa es nuestra manera natural de vivir al permanecer unidos en nuestro poder realizado de Dios.

Surgimiento
Nuestra Alma está completamente absorbida de vuelta a la Fuente. Nuestra personalidad humana purificada, los atributos del Alma y el Divino Ser Monádico están fusionados en un solo ser unificado y encarnado en la Tierra.
Demostramos una ausencia total de respuesta a la atracción de la materia. Hemos resucitado fuera de la materia y dentro de una conciencia consciente muy expandida y espiritualizada.
Vivimos desde la Realidad Absoluta mientras continuamos sirviendo para conseguir al mayor potencial de toda la humanidad y de la nueva Raza Yo Soy.
Nuestra conciencia está completamente centrada en el Grupo Yo Soy Conciencia.
No somos capaces de tener pensamientos negativos y toda la energía que emana de la Fuente es cualificada de manera divina y consistente.
Estamos libres de la ilusión de la dualidad y de la ley del karma. Estamos libres del ciclo interminable de muerte y renacimiento.
Podemos re-crear nuestros cuerpos. Nuestra forma emite luz. Nuestro cuerpo está experimentando un proceso de revitalización y rejuvenecimiento.
Todos nosotros estamos trabajando de forma cooperativa como Maestros de la Sabiduría y estamos en contacto regular con los seres y Consejos de la Luz que están supervisando la evolución de la Tierra.
Somos una expresión externa, en constante expansión, de las tres llamas que hay nuestro corazón, las llamas del Amor, de la Sabiduría y de la Voluntad de Dios.
Como una Conciencia de Grupo Avatar, nuestro único frente unido es un campo de fuerza masivo e influyente que afecta a todo el planeta y ayuda a elevar la raza humana entera a la Unidad de Conciencia.
Podemos ejercer el poder de transformar instantáneamente. Podemos, literalmente, hacer cualquier cosa con nuestras habilidades de Avatar que se están desarrollando rápidamente.
Podemos co-crear como Maestros de la Sabiduría y usar todo el campo de energía del grupo para el mayor bien de la humanidad y de la evolución planetaria.
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LA RAZA YO SOY
Nuestro Gran Dios Interior Es Un Grupo Avatar

La poderosa "Presencia YO SOY" es un cuerpo electrónico de sustancia de luz resplandeciente que se individualiza dentro de cada uno de nosotros como la flama de vida proveniente del corazón de la Madre-Padre Dios.
Es nuestra verdadera naturaleza... que es perenne, eterna y de identidad individual de cada uno y de todos los seres humanos.
Es aquello a lo que hemos estado buscando regresar durante miles de vidas, El Gran Yo Dios, que nunca utiliza en forma inapropiada la energía de vida, ni envía nada que no sea la Perfección.
Es la fuente unificada de todo impulso constructivo a través del sentimiento y la acción. Su naturaleza cohesiva es la fuente de todo el amor, la sabiduría y el poder requerido para superar absolutamente todo lo que esté en discordancia con la limitación.
Como el aspecto divino más elevado de nuestra vasta constitución multi-dimensional, la Presencia YO SOY es una basta consciencia grupal. Como el aspecto divino más elevado de nuestra vasta constitución multidimensional, la Presencia YO SOY es una basta consciencia grupal. Esta consciencia grupal es nuestro Dios Interior y la fuente monádica de vida. Contiene todas las expresiones multidimiensionales del Ser, incluyendo a muchas otras almas.
A medida que desarrollamos una íntima relación con y damos una constante adoración a nuestra Presencia YO SOY, como una consciencia grupal, seeming los milagros comienzan a suceder, incluyendo la manifestación instantánea, transformación espontánea y sabiduría absoluta.
Esto ocurre simplemente a través del constante e inquebrantable enfoque en lo más Alto y en el Gran Todo. De este modo, la energía espiritual a nuestro alrededor se intensifica y se expande a medida que los puntos de luz en el interior de cada célula de nuestro cuerpo reaccionan en apoteósica gratitud.
A medida que nuestra atención vierte continuamente Amor al YO SOY de nuestro ser, una impenetrable emisión luminosa de luz se forma alrededor de nuestro cuerpo formando un tubo de luz de protección de gran influencia magnética y de gran influencia de transformación hacia el mundo exterior. Nos convertimos en una intocable fuerza y en Embajadores de Amor de Dios.Dios, expresándose como la unificada Presencia YO SOY en el interior de cada uno de nosotros, es la autoridad de todo el Universo. La Presencia YO SOY escucha, ve, piensa, siente y responde sólo a la Perfección en su nivel de servicio cósmico. Mientras brindamos adoración consistentemente, sentimos gratitud y calificamos todas nuestras actividades con y a través de esta corriente de energía, nuestro impacto positivo diariamente sobre la vida es inmensurable.
Esto es específicamente amplificado cuando nuestro enfoque es combinado en forma consciente con todos los seres de luz desde Lo Alto que están apoyando nuestra transición dimensional hacia la Consciencia de Unidad.
Juntos prestamos servicio en forma coherente como YO SOY Universal, operando dentro de todas las dimensiones cósmicas e irradiando los patrones de perfección de Madre/Padre Dios en acción.

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