~ 12 - El Rito de Surgimiento ~
¡Felicidades amados Servidores Planetarios de la Luz, hemos logrado llegar al último Rito de Pasaje!
Ésta es la fase más significativa, donde establecemos el momentum
para materializar uno, si es que no es EL objetivo más importante de
nuestra vida y quizá de todas nuestras vidas.
Este Rito inicia nuestro gran surgimiento como un Grupo Avatar en
evolución dentro de las fases iniciales de conciencia ascendida y libre.
Este Rito, trae consigo la iniciación colectiva que nos catapulta hacia
una conciencia enormemente expandida, caracterizada preeminentemente
por la experiencia de unidad.
Nosotros vivimos la vida desde la Realidad Absoluta mientras
continuamos al servicio del cumplimiento del más alto potencial de toda
la humanidad y de la nueva Raza YO SOY.
Esta iniciación denominada comúnmente “La Resurrección”, demuestra
maestría completa sobre la atracción de la materia. Ya no estamos
dominados por el mundo material y sus ilusiones de dualidad.
Hemos sido resucitados fuera de la materia y dentro del Espíritu, lo
cual nos convierte en Maestros libres del plano Terrenal. Nuestro
proceso de Absorción del Alma, está completo y estamos fusionados
totalmente con y guiados por el Grupo YO SOY Conciencia.
Es importante comprender que nuestras iniciaciones dentro de este
nivel de conciencia expandida, sólo se pueden realizar cuando nuestra
voluntad personal se rinde por completo a la Voluntad Divina y tenemos
firme maestría sobre la personalidad del cuerpo, facultades mentales y
emocionales incluidas.
Este Rito de Pasaje define a la Raza YO SOY y a algunas de sus
características predominantemente destacadas durante las etapas
iniciales de su surgimiento sobre la tierra.
El Dominio sobre la Materia se hace Realidad
Desde el punto de vista esotérico, esta iniciación se denomina como
“La Resurrección” y demuestra una ausencia total de respuesta a la
atracción de la materia.
Es similar a la historia principal del Evangelio Cristiano que relata
la resurrección de Jesús. La resurrección se simbolizó por la ascensión
de su cuerpo después de haber sido crucificado y cuando Jesús afirmó
con valentía: “Yo y mi Padre somos uno”.
La mayoría de los Servidores Planetarios de la Luz, que han avanzado
hasta esta fase de evolución, no están resucitando fuera del planeta ni
desapareciendo en de otra dimensión. Estamos “surgiendo”, revelando un
Mayor Ser unificado a través de la forma, mientras nos quedamos en la
Tierra para ayudar a la humanidad que evoluciona.
Nuestro surgimiento se caracteriza por un estado de conciencia en el
cual nos hemos resucitado a nosotros mismos fuera de la materia y dentro
de una conciencia espiritualizada.
Tenemos maestría completa sobre nosotros mismos y sobre nuestra
naturaleza inferior. Hemos desarrollado tal dominio de pensamiento que
ya no tenemos deseos negativos inconscientes. Ni siquiera somos capaces
de tener pensamientos negativos y toda la energía que mana desde la
Fuente es cualificada de forma consistente y divina.
Ésta es la razón de ser de las iniciaciones preliminares de “la
Transfiguración” y “La Renuncia”, que han sido muy difíciles de entender
por algunas personas. Para poder alcanzar sinceramente una conciencia
unificada auto-realizada, hemos trascendido todos apegos al mundo
material y todo lo que anteriormente nos mantenía ligados mental y
emocionalmente a la historia humana.
En esta fase de “El Surgimiento”, finalmente estamos libres de la
ilusión de dualidad, de la ley del karma y de cualquier futura
reencarnación en una experiencia de tercera dimensión.
Debido a nuestros niveles expandidos de conciencia y al coeficiente
de luz en nuestro cuerpo, ésta es la iniciación en la que los códigos de
inmortalidad se activan. Superando la transición llamada muerte, ahora
podemos elegir seguir sirviendo al planeta durante cualquier periodo de
tiempo.
Llegamos a comprender del todo que somos eternamente Dios, representado en la Tierra por la Conciencia Grupal monádica.
Nosotros Materializamos la Conciencia del Grupo Avatar
La iniciación de “El Surgimiento” es el objetivo de nuestro
desarrollo colectivo cuando nuestro proceso de Absorción del Alma se
completa.
Nuestra personalidad humana enormemente purificada, el Alma encarnada
y el Ser Divino monádico se han fusionado para convertirse en un solo
ser unificado aquí en la Tierra. Nuestra voluntad personal se ha hecho
una con la Voluntad Divina. Nuestra conciencia se ha sintetizado dentro
de la Conciencia Grupal.
Tenemos pleno conocimiento de que nosotros somos la Mónada, la fuerza
de Dios, que es el Grupo YO SOY Presencia. Nosotros somos un aspecto
directo de todas las expresiones individualizadas y multidimensionales
del Ser Superior.
Desde esta realización como conciencia grupal unificada, estamos
altamente sintonizados y muy sensibles a un rango de energías
influyentes debido a nuestra polarización monádica creciente.
Todos estamos cooperando como Maestros de Sabiduría y en contacto
regular con los seres y con los Consejos de Luz que supervisan la
evolución de la Tierra. El Amor Divino, la Sabiduría y el Poder de la
Voluntad están ahora desarrollados, irradiando externamente y en
expansión constante.
Nuestro cuerpo vibra a una frecuencia mucho mayor, elevándose
continuamente a un nivel similar al mantenido por Buda, Krishna, Jesús y
muchos otros Avatares que caminaron sobre la Tierra. La diferencia es
que ahora estamos emergiendo como una Conciencia Grupal Avatar, aún más
poderosa que estas grandes influencias individuales.
Esto no es como en el pasado, cuando una sola persona ascendía,
actuando sobre una amplia esfera de influencia. Estamos haciendo esto
como una conciencia colectiva que afecta a la totalidad del planeta
ayudando a elevar toda su raza.
Ésta es una de las razones por las que Jesús dijo: “tú harás cosas
aún mayores”. Este surgimiento de la Conciencia Grupal Avatar tiene el
mismo significado que las referencias hechas acerca de la Segunda Venida
de Cristo.
Esta Segunda Venida es el surgimiento de la Raza YO SOY. El propósito
de esta nueva ola de conciencia grupal activada es armonizar
rápidamente a toda la gente de la Tierra como una sola familia de la
humanidad y lograr la Conciencia Unitaria a una escala masiva.
El Surgimiento de la Raza YO SOY
Miles y miles de personas están ahora auto-manifestando muchas de las
características cualificadas mencionadas en este escrito y pronto van a
lograr e incluso superar el mismo nivel de influencia de los Grandes
Avatares que una vez pisaron la Tierra.
¡El número actual sobrepasa ampliamente la cantidad requerida para provocar el avance masivo de la raza entera!
Nuestro frente unido está dando poder a un influyente campo masivo de
fuerza, que pronto superará cualquier cosa jamás vista anteriormente en
la Tierra. Toda persona unida a esta red de luz de conciencia
interconectada, ya sea de forma activa o enlazada a través de otra, es
enormemente apoyada y cada vez más transformada a medida que gana fuerza
y prominencia.
Para quienes aún permanecen en el proceso de purificación, por favor,
tengan en cuenta que estas fases tan incómodas son muy necesarias. Es
muy probable que estas iniciaciones concluyan pronto, gracias a todas
las corrientes de luz que vienen a apoyarnos, sumadas a nuestra conexión
con el campo de fuerza de la Conciencia Grupal Avatar y su matriz
entrelazada.
Todos pueden ser acelerados muchísimo, a través del simple “enlace”
con el campo de fuerza de la conciencia grupal que está ascendiendo.
Esto es absolutamente fundamental para ayudarnos a permanecer
estabilizados en el flujo del apoyo grupal. La clave es permanecer en la
Conciencia Grupal ya que ESTO es quien realmente SOMOS.
La Resurrección es el objetivo enfatizado para toda la humanidad, el
ser resucitado fuera de la materia y dentro de la Conciencia Unitaria
espiritualizada mientras progresamos en la realidad global de la Edad de
Oro.
¡El Surgimiento de esta nueva realidad y la Raza YO SOY oficialmente
empieza ahora! Celebremos con alegría el Solsticio del 21 de diciembre
del 2012, cuando colectivamente damos nacimiento a una nueva era de paz
en la Tierra y Buena Voluntad hacia todos.
Kodoish, Kodoish, Kodoish, Adonai Tsebeyoth.
Adonai Hijos del Sol. ESTÁ HECHO.
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Características de la Raza Yo Soy
El texto siguiente ofrece la definición de la Raza Yo Soy y de
algunas de sus características más importantes durante las etapas
iniciales de su surgimiento sobre la Tierra.
Relación Divina
Nosotros somos seres auto-realizados como Dios, fusionados total y completamente con esta Infinita Fuente.
Primero y antes que nada, conscientemente vivimos nuestra eterna
unidad con Dios. Tenemos total y firme confianza en Dios y en nada más.
Comprendemos la verdad de la única existencia y conscientemente encarnamos esta conciencia única y su propósito.
Esta conciencia única es el centro a través del cual todo pensamiento y acto es concebido.
Estamos dedicados al Divino templo interior de nuestro propio Ser, y
al templo interior de todos los demás seres. Amamos a nuestro prójimo
como a nosotros mismos.
Amar y servir a todas las manifestaciones de la vida es nuestro mayor privilegio.
Voluntad Divina
Humildemente reconocemos que “por nuestra cuenta, no podemos hacer nada, es el Dios dentro de nosotros quien hace las obras”.
Nuestra voluntad personal está completamente sometida a Dios y encarnamos una Voluntad Espiritual que es firme e inquebrantable.
Vivimos la vida de la divinidad y vemos la perfección de Dios en todo.
Dios es el puro reflejo de la energía de nuestros pensamientos, por
tanto, nuestros deseos son siempre divinos y cada intención está imbuida
de la fuerza propulsora del Amor de Dios.
1Vivimos según la regla de oro: la voluntad de enmendar en otros igual que lo haríamos para nosotros.
Cultivamos el jardín de la buena voluntad en los corazones y las
mentes de toda la humanidad, catalizando una reorientación global hacia
el mayor bien para todos.
Transfiguración
Nuestra atención está completamente centrada en ser conscientes de
nuestra unidad con la humanidad. Éste es nuestro único propósito para
existir.
Nuestras emociones y nuestra actividad mental están controladas. Nos
hemos liberado de todas las ataduras mantenidas por la identidad
personal y material.
Somos un cristal transparente de Verdad Divina, libre de las influencias duales de la atracción y la aversión.
Vemos más allá de la forma, más allá de la dualidad y más allá del
marco de los límites de los sentidos humanos. Los conceptos de las
creencias son trascendidos.
Servimos como puente entre las matrices de conciencia, entre la forma y lo amorfo.
Somos los pilares neutralizadores de pura Divinidad, en este mundo, pero no de él.
Renuncia
Renunciamos sinceramente a nuestra vida, en interés del gran todo.
Nuestro centro de identidad está con el Ser mayor, que es la entidad
guía.
Somos conscientes del Ser como un Ser eterno e ilimitado. Somos uno con la Fuente, como Fuente.
Servimos como instrumentos huecos, libres de la inmovilización de la personalidad y de cualquier apego al plano material.
Nos hemos rendido completamente al Ser mayor, ofreciéndonos total y completamente a Dios.
Experimentamos la vida como un Ser que ya no se identifica como el “hacedor” o la personalidad.
Somos nuestra Divina Presencia, la realidad que existe tras toda
creación, la que trasciende todas las etiquetas y categorizaciones
humanamente creadas.
Buscamos impecablemente la verdad en todo momento para servir al Plan Divino.
Caminamos por la senda de la gracia, centrados en el espíritu del mayor bien hacia toda vida.
Intuición Divina
Funcionamos desde el plano de la Divina Intuición como una expresión inteligente centrada del Amor Divino en acción.
Accedemos al plano más grande de la Unidad de Conciencia a través de la claridad de nuestra Intuición Divina.
Reconocemos la verdad de una realidad única que existe dentro de
todas las cosas. No aceptamos de ninguna manera respuestas que emanen de
una conciencia separada.
Nuestra mente interiorizada vibra por encima de los sentidos y percibe desde un estado de calma mental.
Como un canal despejado, recibimos dirección iluminada. Con esta guía, hacemos uso del conocimiento y la luz.
Al conocer la verdadera compasión, hacemos el mayor bien para el máximo número de personas.
Atraemos y sacamos a la luz la manifestación física del Plan Divino a nivel humano.
Nos experimentamos a nosotros mismos como una conciencia que habita en lo inmortal, una con la Fuente.
A través del poder de la Intuición Divina colectiva, unida a la luz
universal, iniciamos el movimiento mundial de buena voluntad y en última
instancia, damos nacimiento a la era de paz planetaria.
Amor Divino
Reconocemos al Ser como un vibrante y poderoso centro bendecido de
amor fundamental y universal con una capacidad expandida de servir a la
raza humana.
Como una potente, colectiva expresión del Amor Divino en acción,
damos nuestro todo a esta expresión del amor mayor sobre el planeta.
A través de nosotros, el Amor Divino ejerce su poder cohesivo,
liderando y sosteniendo la integración, la unidad y la incorporación.
Mediante la sabiduría del amor y nuestro manto de compasión,
respondemos con plena fuerza a la necesidad de armonización global y a
la diseminación de la Comprensión Divina.
Humildemente establecemos relaciones globales con la gente sencilla
de buena voluntad, estimulando la capacidad de respuesta del corazón y
la receptividad para este amor mayor.
Somos el puente que ancla la cohesión magnética del amor entre todos los niveles de conciencia.
La pureza de nuestro amor da constantemente, ya que es su naturaleza intrínseca, sin requerir nada a cambio.
Sabiduría Divina
Demostramos verdadera sabiduría a través de la aplicación inteligente del amor a todas las actividades de la vida.
Desde una expresión inteligente basada en el conocimiento, podemos
ver mucho más allá de los reinos de la percepción de la masa humana.
La presencia de la pura sabiduría reemplaza a nuestro intelecto
mediante nuestra sensibilidad delicadamente afinada y nuestra intuición.
Vivimos nuestra vida mediante las facultades mentales más elevadas.
Somos conocedores y co-creadores conscientes del Plan Divino. La
intuición y la sincronicidad son nuestras guías más influyentes.
Reconocemos fácilmente la diferencia entre lo real y lo irreal.
Reconocemos a Dios como el único punto desde el que se origina y emana todo éxito.
Sabemos que el Ser y Dios son uno. Todas nuestras grandes obras se
realizan instantáneamente. Estamos al mando de la verdad. Sólo vemos la
perfección.
Nosotros ya tenemos todo lo que necesitamos dentro de nuestro propio y poderoso ser.
Ecuanimidad
Vivimos nuestras vidas únicamente desde la pura conciencia invariable del Ser más grande.
Somos completamente conscientes de la única conciencia en juego en el tejido de nuestra vida diaria.
“Vemos” el mundo por lo que es, un terreno de aprendizaje para la conciencia.
Como agentes de la ecuanimidad, elegimos aceptar todo en silencio como el perfecto desarrollo del Plan Divino.
Nuestra actitud es absolutamente neutral hacia todo lo que tiene que ver con el ser ilusorio y el mundo temporal.
Operamos mediante la objetividad sincera. La neutralidad es nuestro modo de vida.
Con una actitud de indiferencia, estamos desligados de los resultados y nos centramos sólo en la tarea que tenemos entre manos.
No estamos ni a favor ni en contra de nada. Aceptamos todo
simplemente como es mientras ofrecemos sincero amor y compasión por
todo.
Damos nuestra opinión únicamente cuando se nos pregunta,
anticipándonos a la necesidad de interpretar la situación de otro desde
una actitud genuina de no- interferencia y rehusamos criticar.
Vivimos con una actitud de inocuidad hacia toda la vida.
Hemos entrado auténticamente en la “paz que excede a toda comprensión”. Vivimos en un estado de paz natural.
No buscamos ningún tipo de apreciación o reconocimiento por el ser. Creamos nuestro futuro desde el eterno Ahora.
Absorción del Alma
Tenemos conexión directa con Dios mediante nuestra “personalidad divina”.
Nuestra nueva personalidad y Dios permanecen juntos en perfecta
alineación, sostenidos juntos mediante el Antakarana, el puente de luz.
Centramos nuestra atención únicamente en la Conciencia de Unidad.
Nuestra forma sirve como un instrumento a través del cual funciona la
conciencia grupal.
Servimos como Humano Divino completamente consciente, con total dominio y con decidida auto-maestría.
Estamos trabajando desde la frecuencia de la Conciencia de Cristo a
través de las facultades de la Divina Intuición y de la inteligencia
activa.
Sabemos que somos pura consciencia, experimentando la vida en un
cuerpo humano mientras irradiamos una fuerza de luz que afecta
enormemente a cada persona con la que nos encontramos.
Hemos comprendido la inmensidad del Plan Divino y su propósito en lo que concierne a la evolución planetaria.
Co-Creación
Sabemos que Dios es el único punto desde el que toda la creación se origina y desde el que emana toda creación.
Todo lo que pensamos, en el nombre de Dios, produce una vibración que
unifica nuestra energía. Esto incluye todos los suministros,
manifestaciones y co- creaciones que sirven al Plan Divino.
Siempre estamos en perfecta armonía con el Principio Divino, a partir de ahí, co- creamos sin esfuerzo.
Sabemos que no hay mayor poder que el Dios dentro de nosotros.
Con la divinidad ardiente dentro de nosotros, siempre estamos al
mando. Todos tenemos el poder innato de hablar la palabra de autoridad,
esa palabra es Dios.
Somos co-creadores en conexión con el Campo Unificado y su sustancia dévica primordial.
Vemos y conocemos las fuerzas elementales vivientes de la naturaleza.
Mediante una cooperación inteligente, trabajamos con ellas para el
propósito del Plan Divino.
Manifestamos instantáneamente en el plano físico mediante el simple
pensamiento y sentimiento. Somos conscientes de que todo está realizado
aquí y ahora, tan pronto como surge el pensamiento.
Permitimos que la guía y la corriente de verdad que emanan del Campo
Unificado (frente a la realidad lineal) impregnen nuestra conciencia.
Precipitamos sustancia formada gracias a nuestro dominio de la Ley Universal sobre el plano Terrenal.
Como seres Auto-Realizados, intrínsecamente sabemos como proyectar
luz divina, al instante, en cualquier dirección deseada, produciendo
resultados inmediatos.
Podemos ejercer el poder de la transformación instantánea.
Caridad
La Ley de la Caridad es una de las leyes regentes principales de
nuestra Era de Oro emergente. Sabemos que la caridad hacia toda la vida
es el cumplimiento de la Voluntad de Dios en la Tierra.
La voluntad de servir mantiene la corriente de vida fluyendo a través del Ser iluminado.
Cada actividad, incluyendo nuestros pensamientos, sentimientos, palabras y acciones, está centrada en servir y en dar.
Ordenamos a la energía manifestadora del Amor-Sabiduría entrar en
acción inmediatamente, con caridad, para el mayor bien del todo.
Al expresar generosidad desinteresada, liberamos el ilimitado almacén de suministros de Dios.
La pureza de nuestro amor mayor, da constantemente porque es su naturaleza intrínseca, y no requiere nada de vuelta.
Sabemos que mediante el acto de dar, es como nosotros recibiremos.
Libremente compartimos nuestras verdades para asistir al despertar global y en la transición humana a la Unidad de Conciencia.
Permanecemos como uno en formación grupal, trabajando juntos en el
auto- olvido. No nos importa la magnitud de nuestros logros y no
cargamos con ideas preconcebidas acerca de nuestro propio valor o
utilidad.
Nuestra actitud es vivir y servir sin pedir nada para nosotros mismos
y sin necesitar recompensa. El acto de dar ES la recompensa.
Todos los actos de servicio se expresan como una obra para magnificar
la Gloria de Dios, creada mediante una actitud sincera de amor y buena
voluntad hacia toda la vida.
Como instrumento de divinidad, amamos como Dios ama. Damos y seguimos dando.
Mediante actos caritativos de servicio, experimentamos la
manifestación de la familia universal única de Dios, todos ayudamos a
conocer las necesidades de los otros.
La bondad suprema y la acción caritativa es nuestra manera natural de
vivir al permanecer unidos en nuestro poder realizado de Dios.
Surgimiento
Nuestra Alma está completamente absorbida de vuelta a la Fuente.
Nuestra personalidad humana purificada, los atributos del Alma y el
Divino Ser Monádico están fusionados en un solo ser unificado y
encarnado en la Tierra.
Demostramos una ausencia total de respuesta a la atracción de la
materia. Hemos resucitado fuera de la materia y dentro de una conciencia
consciente muy expandida y espiritualizada.
Vivimos desde la Realidad Absoluta mientras continuamos sirviendo
para conseguir al mayor potencial de toda la humanidad y de la nueva
Raza Yo Soy.
Nuestra conciencia está completamente centrada en el Grupo Yo Soy Conciencia.
No somos capaces de tener pensamientos negativos y toda la energía
que emana de la Fuente es cualificada de manera divina y consistente.
Estamos libres de la ilusión de la dualidad y de la ley del karma.
Estamos libres del ciclo interminable de muerte y renacimiento.
Podemos re-crear nuestros cuerpos. Nuestra forma emite luz. Nuestro
cuerpo está experimentando un proceso de revitalización y
rejuvenecimiento.
Todos nosotros estamos trabajando de forma cooperativa como Maestros
de la Sabiduría y estamos en contacto regular con los seres y Consejos
de la Luz que están supervisando la evolución de la Tierra.
Somos una expresión externa, en constante expansión, de las tres
llamas que hay nuestro corazón, las llamas del Amor, de la Sabiduría y
de la Voluntad de Dios.
Como una Conciencia de Grupo Avatar, nuestro único frente unido es un
campo de fuerza masivo e influyente que afecta a todo el planeta y
ayuda a elevar la raza humana entera a la Unidad de Conciencia.
Podemos ejercer el poder de transformar instantáneamente. Podemos,
literalmente, hacer cualquier cosa con nuestras habilidades de Avatar
que se están desarrollando rápidamente.
Podemos co-crear como Maestros de la Sabiduría y usar todo el campo
de energía del grupo para el mayor bien de la humanidad y de la
evolución planetaria.
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LA RAZA YO SOY
Nuestro Gran Dios Interior Es Un Grupo Avatar
La poderosa "Presencia YO SOY" es un cuerpo electrónico de sustancia
de luz resplandeciente que se individualiza dentro de cada uno de
nosotros como la flama de vida proveniente del corazón de la Madre-Padre
Dios.
Es nuestra verdadera naturaleza... que es perenne, eterna y de identidad individual de cada uno y de todos los seres humanos.
Es aquello a lo que hemos estado buscando regresar durante miles de
vidas, El Gran Yo Dios, que nunca utiliza en forma inapropiada la
energía de vida, ni envía nada que no sea la Perfección.
Es la fuente unificada de todo impulso constructivo a través del
sentimiento y la acción. Su naturaleza cohesiva es la fuente de todo el
amor, la sabiduría y el poder requerido para superar absolutamente todo
lo que esté en discordancia con la limitación.
Como el aspecto divino más elevado de nuestra vasta
constitución multi-dimensional, la Presencia YO SOY es una basta
consciencia grupal. Como el aspecto divino más elevado de nuestra
vasta constitución multidimensional, la Presencia YO SOY es una basta
consciencia grupal. Esta consciencia grupal es nuestro Dios Interior y
la fuente monádica de vida. Contiene todas las expresiones
multidimiensionales del Ser, incluyendo a muchas otras almas.
A medida que desarrollamos una íntima relación con y damos una
constante adoración a nuestra Presencia YO SOY, como una consciencia
grupal, seeming los milagros comienzan a suceder, incluyendo la
manifestación instantánea, transformación espontánea y sabiduría
absoluta.
Esto ocurre simplemente a través del constante e
inquebrantable enfoque en lo más Alto y en el Gran Todo. De este modo,
la energía espiritual a nuestro alrededor se intensifica y se expande a
medida que los puntos de luz en el interior de cada célula de nuestro
cuerpo reaccionan en apoteósica gratitud.
A medida que nuestra atención vierte continuamente Amor al YO SOY de
nuestro ser, una impenetrable emisión luminosa de luz se forma alrededor
de nuestro cuerpo formando un tubo de luz de protección de gran
influencia magnética y de gran influencia de transformación hacia el
mundo exterior.
Nos convertimos en una intocable fuerza y en Embajadores de Amor de Dios.Dios,
expresándose como la unificada Presencia YO SOY en el interior de cada
uno de nosotros, es la autoridad de todo el Universo. La Presencia YO
SOY escucha, ve, piensa, siente y responde sólo a la Perfección en su
nivel de servicio cósmico. Mientras brindamos adoración
consistentemente, sentimos gratitud y calificamos todas nuestras
actividades con y a través de esta corriente de energía, nuestro impacto
positivo diariamente sobre la vida es inmensurable.
Esto es específicamente amplificado cuando nuestro enfoque es
combinado en forma consciente con todos los seres de luz desde Lo Alto
que están apoyando nuestra transición dimensional hacia la Consciencia
de Unidad.
Juntos prestamos servicio en forma coherente como YO SOY Universal,
operando dentro de todas las dimensiones cósmicas e irradiando los
patrones de perfección de Madre/Padre Dios en acción.